Con esta entrada mostramos la propuesta que presentamos, junto con nuestros compañeros de DUNAR ARQUITECTOS, para el concurso de REHABILITACIÓN DEL ANTIGUO CONVENTO DE LAS FREYLAS DE SANTIAGO como nueva sede del Instituto Arqueológico de Mérida.
A continuación hacemos un resumen de la memoria y la documentación gráfica presentada:
La puesta
en valor de las preexistencias, la preservación de la memoria constructiva que
hay contenida en los muros del antiguo Convento, portadas pétreas, bóvedas,
sillares, tapiales, pinturas y esgrafiados murales… y como no, la restauración
y rehabilitación del edificio para que sirva eficazmente a los usos propuestos,
son los retos que nos planteamos y solucionamos en nuestra
propuesta arquitectónica.
De
la superposición de etapas constructivas del antiguo Convento de las Freylas de
Santiago nos interesan todas, y por ello en nuestra propuesta respetamos
prácticamente todas las estructuras murarías, bóvedas, niveles y
cubiertas, a excepción de los dos cobertizos de reciente construcción en el
patio principal y en el lateral de servicio.
La
imagen que se propone para el edificio del antiguo Convento de las Freylas es
la misma que la actual, sólo que con el esplendor que aportarán sus fachadas
restauradas. Como elementos añadidos sólo se incorporarán las nuevas
carpinterías que se proponen de madera en paños únicos sin partidores y
oscilo-batientes para permitir su limpieza y garantizar la ventilación natural
si así lo requieren los usuarios.
La
fachada tiene una composición sobria, con zócalo de una planta de sillares de
granito romanos reutilizados y el resto de cajones de tapial con cadenas de
ladrillo y mirador de remate en piedra labrada. Debió ser completamente ciega a
excepción de las entradas en planta baja y el mirador en el torreón,
composición que concuerda plenamente con el uso de convento. En este plano casi
ciego y rompiendo la estructura de los cajones de tapial, se fueron abriendo
huecos de ventanas en planta primera y segunda, que según nuestro criterio, se
podrían cegar para recuperar la imagen conventual.
Para la ampliación proponemos una imagen uniforme, neutra y contemporánea con una fachada compuesta por un primer plano de lamas de aluminio, que envuelve completamente el edificio en todas sus fachadas. La segunda capa será con un muro de medio pie de ladrillo perforado revestido con un SATE, sistema de aislamiento por el exterior, que también envolverá todas las caras de la ampliación eliminando todos los puentes térmicos y optimizando el consumo energético del conjunto. El acabado interior de la fachada será con un trasdosado de cartón-yeso que alojará en su interior todas las instalaciones que discurran por la misma.
La complejidad espacial del edificio
existente lo hace adecuado para todo el programa de necesidades que llamaremos
singular o “INSTITUCIONAL”, alojando en él los dos mayores espacios requeridos,
las Bibliotecas en planta baja y el Salón de Actos en
planta primera, aprovechando la gran altura que se consigue al no colmatar la
planta bajo cubierta, actualmente derruida. En la planta baja, la disposición
de las bibliotecas requeridas evitará que los espacios pierdan su naturaleza
original con compartimentaciones innecesarias, e integrará los esgrafiados
existentes en el diseño de las salas.
Por otra parte, se plantea un edificio de nueva planta que envuelve el testero oeste del convento y comunica por este extremo la plaza delantera de acceso. Su naturaleza es albergar casi todo el programa del centro que llamaremos “FUNCIONAL”, despachos de dirección, gerencia, administración, almacenes, laboratorios, salas de trabajo, despachos de investigadores, salas de reuniones, etc... Este nuevo apéndice del edificio reúne todas las áreas de trabajo diario del Instituto en un espacio compacto, flexible y modular que lo hará muy eficiente, no sólo desde el punto de vista funcional, ahorro de recorridos de personas y materiales y posibilidad de modificación del tamaño de los espacios según las necesidades; sino también desde el punto de vista de la eficiencia energética, economía de medios, personal, instalaciones, etc, separando claramente los espacios de uso permanente y los de actividades esporádicas.
La ampliación se diferenciará claramente del edificio existente de forma que no pueda existir ninguna interpretación errónea sobre la extensión del edificio original, de gran importancia patrimonial, y la mencionada ampliación.
En nuestro proyecto se consigue la accesibilidad universal con la inclusión de dos nuevos núcleos de escalera y ascensores, en el edificio anexo de nueva planta una escalera, un ascensor y un montacargas para almacenes y laboratorios y en el edificio existente un ascensor junto a la escalera principal y una nueva escalera en la galería porticada al fondo del patio central, esta última para dar un acceso exterior, cómodo y adaptado a normativa para el nuevo Salón de Actos.
El espacio libre de la parcela se organiza en función de la “privacidad” de los mismos. De esta forma, tenemos los siguientes patios/plazas en función del grado de accesibilidad:
- PLAZA: El espacio que precede al edificio “se cede” a la ciudad para conformar una plaza pública que se pueda configurar como un único espacio común.
- COMPÁS DEL CONVENTO: El
compás histórico se convierte en lugar de encuentro. Se trata de un espacio de
acceso controlado, que sirve como antesala del salón de actos, y puede
utilizarse como zona de exposiciones temporales, albergar actos del Instituto,…
- JARDÍN INTERIOR: Espacio de uso exclusivo para trabajadores del centro. Se trata de un lugar donde poder descansar, aislado del resto de la actividad del edificio y que alberga el office IAM.